En superficie, el flujo tiene componente este por el efecto conjunto de la baja térmica africana y una cuña anticiclónica que se extiende desde las Azores, afectando a la Europa occidental, salvo el extremo sur peninsular. La curvatura de la isobara de 1016 hPa insinúa la presencia frecuente de bajas mesoescalares en las inmediaciones del Estrecho y Mar de Alborán, no detectables con esta resolución de trabajo. Estas bajas determinan una componente sur en el flujo sobre el sudeste peninsular. Este flujo será por tanto cálido y húmedo, en contraste con la advección fría y seca incidente sobre el resto de la costa mediterránea, de procedencia continental (considerar la componente transisobárica hacia las bajas presiones). La confluencia de estos dos flujos genera muchas veces una frontera térmica sobre la zona, que cataliza los desarrollos convectivos.

En 500 hPa, una depresión centrada en el Estrecho de Gibraltar, asociada generalmente a bajas temperaturas, permite la aparición de inestabilidad atmosférica en las zonas con advección cálida superficial (sudeste peninsular). El forzamiento dinámico es muy débil. Las precipitaciones son de naturaleza convectiva y, generalmente, más intensas en otoño cuando el aire mediterráneo presenta una mayor temperatura y humedad.

La distribución de las frecuencias de aparición presenta un máximo primaveral absoluto, y otro secundario, en otoño.

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